Inocencia tenía por nombre
Ilusión de apellido
Entereza era el sello que me identificaba
Mujer el estado
Madre la condición
Inocente ilusión fue la que me llevo a mi entereza
Siendo mujer me diseñe el traje de madre
Mientras camine por duros lugares
donde encontré el amor como un fantasma
Sucede por las bocas de la humanidad
pero se esconde seleccionando sus visitas
Me presento al dolor
personaje inevitable en ocasiones
acompañado del sufrimiento cuya opción pude descartar.
Gentes encontré con afán de amistad
más pocos ofrecían tal virtud.
En ese interesante paseo me tope con el presente
convertido en porvenir pasando al olvido.
Admiraba cada detalle
sin necesidad
de mirar
solo meditando lo que mis ojos transmitían.
Un supuesto amigo con una adulación me comparo
entonces supe que vendría la traición
Diseñe mi escudo
envuelto en una dosis de perdón y olvido
para protegerme de las humillaciones del destino
demostré de ese modo mi capacidad de amar
Como agua que destila los incendios de mi alma
el perdón utilice
Un pensamiento me invade en ese momento de ira
Las lágrimas agrias son las que derramo por aquel que
sin permiso alguno marcho,
por palabras no dichas,
por besos no dados,
por acciones
que nunca llegaron a nacer.
Cuando un sentimiento se dispara de mi alma
Prefiero pedir disculpas a pedir permiso.
Estas son los principios que he grabado en mi esencia
en estos años en los que un cambio despertó a mi alma
dormida.
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