Hoy Priscila se
levanta dispuesta a enfrentarme a un día más. Jovial como su carácter le
define.
Va al baño, llama a los niños, prepara los almuerzos, deja
listo los últimos detalles de la comida.
Desayuna casi de
pie y de vez en cuando lanza una voz para que sus dormilones se despeguen de
las sabanas. Cuando ya está lista para salir, se asoman sus cuerpos lentos y
relajados moviéndose por el pasillo.
Da comienzo una
nueva jornada, cargada de nuevas experiencias que se dispone a lidiar.
Aunque ya tiene
algunas ocupaciones programadas para el término de su jornada, su sonrisa le
acompaña, para afrontar cada nueva situación que se de durante este día.
Llegan las 11,
ya es hora del café. En este rato libera sus tensiones acumuladas ríen y bromean
con sus compañeras de trabajo.
Y cada día es un
aprendizaje que le hace evolucionar. Bien sea positivo, mejora su esencia. Bien
sea negativo, se convierte en experiencia.
Durante las
horas, trata con diferentes personajes y eso le seduce. Porque de cada ser, si
tu sabiduría se lo permite, puede extraer un “algo”. Por ello ella se inclina
por descubrir estos detalles que la vida le ofrece a través de las personas.
Esas pequeñas cosas que dan un sentido a la vida.
Dan las 18 h y
sale de su trabajo. Hoy tiene una
reunión. Tras ella va a encontrarse con alguien que ha conocido a través de una
pequeña pantalla.
Este medio
muestra a las personas de una forma anticipada. Donde el dialogo quizá sea más
atrevido, comunicativo. Se presenta antes la conciencia que la presencia. Y
esto da rienda a la soltura.
Pero llega el
momento y …
Surge el
encuentro directo cara a cara. Es divertido analizar una situación de este
calibre.
Aparentemente
parece un encuentro inerte, poco natural,
ella se halla descolocada.
Parece que él se
escuda en una conversación fría y ella le sigue.
A Priscila le
gusta que la gente se sienta cómoda. Es sorprendente enfrentarse a un físico, que es
posible que se imagine de otra forma. El
dialogo directo es más natural y transmite otro tipo de sensaciones. Pero todo
tiene un tiempo. El desparpajo se va apoderando del ambiente.
Cada uno se
vuelve a su mundo. Y esa noche él, vuelve
a escudarse tras su pantalla.
Y de nuevo su
sensibilidad vuelve a relucir
Merry