Como cada día me siento ante mi pantalla. Ya casi familiar,
creo que tenemos un vinculo. Ahora ella tiene el poder porque es dueña de ese
folio en blanco por el cual yo deslizo mis letras.
Creo que le gusta lo que escribo y lo entiende. Y es que la
miro, siempre en su interior se esconden millones de sensaciones que se
escudan, en una fotografía, un escrito, infinidad de personas dan rienda suelta
a sus miedos frente a ella.
Gracias a ella, en un instante alcanzo a tocar tu sensibilidad,
cuando me respondes a mis mensajes. A reír, cuando comentas una fotografía de
un momento emotivo. A soñar, cuando viajo por los lugares que quiero visitar. A
acercarme a ti, que me estás leyendo. En este pequeño trozo que viste su cara,
tan solo unas pulgadas, me ofrece una infinidad de sensaciones. A mí, en mis
ratos vacios y a millones de almas solitarias que en ese efímero instante
padecen insomnio, o en ese espacio donde su esencia requiere visitar ese mundo
virtual que a todos nos ofrece su grata
compañía.
Un poder de unirnos mostrándonos tan solo unas páginas. Un día
te regala esa sensibilidad que andabas buscando. Otro día, te muestra un beso
de escarcha y otro te muestra esa solución que no encontrabas.
Me acompaña a descubrir falsedades de otros, a ver la
desnudez sentimental de ese sensitivo corazón que no se atreve, a comunicarme
con ese amigo que se halla al otro lado del mundo.
Y es que creo que ya
nos entendemos, mi pequeña pantalla y yo, porque a su lado he aprendido
conocimientos, emociones, y juntas hemos descubierto soledades, melancolías,
alegrías, penurias.
Esa música que te lleva a ese recuerdo almacenado en una
vieja carpeta llena de polvo por el paso del tiempo, así activo mis añoranzas, todo un poderío es lo
que me atrae de mi pequeña pantalla.
Como
cada día la siento cerca de mí, viene conmigo en este camino donde voy
descubriendo esos pequeños detalles que las personas esconden tras ella.
Merry
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