miércoles, 23 de abril de 2014

ESCONDIDAS EMOCIONES

Grisácea expresión. Sobre tu mirada  recae el peso de los obstáculos de tu caminar. Ojos lánguidos y tristes que delatan tu sufrimiento.
Sumisa, has regalado tu complicidad.

¿Quién se ocupaba de tu sensibilidad? ¿Alguien acariciaba tu débil autoestima?

Tú, mi humilde abuelita, has abastecido tus ojos de humildes lagrimas de dolor.

Esbozas una dulce sonrisa que esconde ese duro trayecto, cada pliegue del espejo de tu alma, delata tu entereza, tu silencio.
Tras haber sido el pilar que ha sustentado el tesoro de tu vida, la familia.

Al fin, feliz, me regalas tu sonrisa. A través de una tenue fotografía, que muestra que reina la armonía
en un cóctel de penuria y dicha.

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