Perdió su conciencia donde acabaron sus privilegios. y es que como se suele decir, no te fíes de lo que te digan porque en esta vida hay muchas personas que cruzan batalla con dos rivales: palabras y hechos.
Claro que la falsedad tiene alas y vuela tan alto como tú se lo permitas y la verdad le sigue arrastrándose como un gusano, es entonces cuando llega el engaño. Un poco tardío, por eso nos pica y escuece con más intensidad, por no dejarle paso en el tiempo apropiado.
Comienza esa etapa en la que se abre una puerta para que salga esa falsedad que no es tan insensata porque siempre hay algún testigo que la apoya.
Y es que hay dos tipos de personas: los que se elevan y los que se inclinan.
Y llega ese momento efímero donde queremos saber de alguien que nos importa, y viene una señal de alerta por la cual elegimos un camino.
Entonces deduces que las cosas y las personas no son grandes o pequeñas por sí mismas, sino que son importantes o menos importantes en relación con otras.
También observas que hay personas que enmarcarían los consejos para colgarlos en la pared en lugar de aplicárselos.
Claro que la libertad es el derecho que todos tenemos de actuar libremente pensar y hablar sin hipocresía.
Aunque el engaño a uno mismo se asemeja con la hipocresía. Ésta, es un gran homenaje que el vicio rinde a la virtud.
Pero más vale 1 minuto de vida franca y sincera que 100 años de hipocresía.
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